Jean-Jacques Mercier era un hombre de negocios distinto a todos, que dejó una gran huella en la arquitectura urbana de Lausana. Las oficinas de Micheloud & Cie se encuentran en la última planta de uno de sus logros más imponentes: la Maison Mercier.

Nacido en una familia de curtidores establecida en Lausana desde 1740, Jean-Jacques Mercier (tercero) comenzó su carrera en el negocio familiar. Mediante el matrimonio, este hombre ambicioso de fuerte carácter entro en el círculo de las antiguas familias de Lausana en una época en la que la mezcla de ambientes era algo inusual. Muy involucrado en política, fue miembro del ayuntamiento de Lausana entre 1866 y 1879 y tomó parte en la elaboración de la constitución del cantón de Vaud.

La carrera de este excepcional hombre de negocios destaca de las demás por la diversidad de sus actividades y la huella dejada en la ciudad de Lausana. Su claro planteamiento empresarial estaba muy por encima del transmitido por el negocio familiar en la industria de la piel. Curtidor durante 43 años, Jean-Jacques Mercier tenía la misma capacidad para las ventas que para la producción: bajo su dirección, la curtiduría familiar que comenzó en 1740 se amplió hasta convertirse en una de las industrias insignia de Vaud en la segunda mitad del S.XIX.

Gare du Flon y Maison Mercier alrededor de 1900. (© MHVL)

Jean-Jacques comprendió rápidamente la importancia del mercado americano en auge, en el que pudo establecerse y conseguir unos beneficios considerables con el negocio familiar. Con la riqueza adquirida en la industria de la curtiduría, pudo diversificar su actividad y sumergirse con entusiasmo en otro sector: el desarrollo urbano de Lausana, con el que se convirtió en uno de los propietarios más importantes de la ciudad.

Gare du Flon y Maison Mercier alrededor de 1900. (© MHVL)

Principal impulsor del metro que conectó la estación de Lausana al puerto de Ouchy en 1877, se aprovechó de la tierra excavada durante la construcción para rellenar el valle del Flon (en el corazón de la ciudad) y crear un enorme solar para nuevos edificios. Así pudo construir rápidamente una estación de ferrocarril y establecer un negocio de almacenes. En 1884, compró el Château d'Ouchy, propiedad del gobierno y una antigua residencia de obispos de la que sólo quedaba una torre en ruinas. Tras volver a urbanizar la propiedad, hizo que el arquitecto Francis Isoz transformara el castillo en un hotel, que se terminó en 1893 y que todavía existe con el nombre de Château d'Ouchy.

En 1893, Jean-Jacques Mercier estaba bien asentado en el sector inmobiliario y compró la propiedad del 8 Rue du Grand-Chêne. Una vez más llamó al arquitecto Francis Isoz para diseñar un edificio distinto a todos los de Lausana y que sigue siendo hoy día el monumento más impresionante de la ciudad: la Maison Mercier.

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